¡Por fin voy a volar en un globo!
Qué gran experiencia es volar Segovia en un globo aerostático
¡¡Hola!!
Os voy a contar mi aventura en un vuelo en globo aerostático por la ciudad de Segovia, una experiencia inolvidable que todos deberíais realizar por lo menos una vez en la vida. Ya sé que es dinero, pero ¿qué son 160 eurillos de nada a cambio de una verdadera aventura sobrevolando esta maravillosa Ciudad Patrimonio de la Humanidad?
Ya desde el día anterior uno tiene ese cosquilleo en el estómago que te anuncia que algo grande vas a experimentar. Te duermes pensando en esos enormes globos gigantescos que tienen un volumen de entre 1.800 m3 y 3.000 m3. Con una altura de unos 26 m. y un diámetro de 24 m.
Me levanto temprano, ya que los globos tienen que aprovechar esas primeras horas del día, que es cuando el viento suele ser más suave y constante. Aparco en Las Lastras, lugar de despegue y la imagen con la que me encuentro es espectacular. Tengo que decir que hoy es un día especial, pues hay campeonato y voy a tener el privilegio de volar en un globo de competición. Me ha tocado con un piloto de Gijón, un tío simpatiquísimo, que pilota un globo de color blanco muy bonito. Seguro que más de uno lo vería volando los cielos de Segovia.
Cuando llego ya hay varios equipos extendiendo los globos por el suelo. Pero también veo cómo siguen viniendo más participantes con sus 4x4 cargados hasta arriba.
Voy sorteando los globos esparcidos por el suelo. El material de estos es sintético e impermeable, capaz de resistir las altas temperaturas del interior. Suele ser nylon o poliéster. El colorido es total, acompaña la luz del amanecer que se va reflejando sobre la Catedral, formando un conjunto inigualable. ¡No se puede contar, hay que vivirlo!
Entre telas, cordajes, quemadores y barquillas me encuentro haciendo fotos, ¡muchas fotos! Mientras, los pilotos van terminando el montaje general y ya empiezan los quemadores a soltar el fuego hacia la entrada de la envoltura, que se realiza con gas propano, instalado dentro de la barquilla. ¡Empieza a hincharse y elevarse el globo!, ¡Qué emocionante!
¡Estamos listos! Es hora de subirse a la barquilla, un espacio limitado para el piloto y para mí, pues es de competición, pero que a la vez te permite visualizar todo mucho mejor. Me encuentro entre la bombona de gas, el altímetro, termómetro, brújula, GPS, mapas, radio y extintor… ¡Subimos... si... estamos subiendo…! empiezo a ver el resto de los globos que todavía siguen en tierra mucho más pequeños ¡todo se ve distinto! ¡espectacular!
Mientras tanto, el piloto tiene que buscar las corrientes que nos llevarán a un punto determinado y, eso lo consigue elevando o descendiendo el globo, cerrando o abriendo el gas, calentando o enfriando el aire del interior.
Empezamos a cruzar Segovia. Qué maravilla… el Acueducto, la Catedral, el Alcázar… ¡Es genial! Qué distinto se ve todo desde arriba.
¡Ahora prepárate que vamos subir mucho y rápido! Me dice el piloto. Y en un momento, vemos Segovia muy pequeñita, con una panorámica muy especial: las nubes, el cielo, montaña, la meseta castellana… Está claro, merece la pena y mucho. Es un espectáculo maravilloso.
¿Te quieres apuntar? Hay muchas empresas que te ofrecen buenos vuelos, donde desde el inicio participas en los preparativos, donde realizas un viaje de ensueño y, terminas vete tú saber en qué parte de Segovia, pero con un subidón que nunca olvidarás.
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¡Ya me contarás la experiencia!!!! Hasta la próxima!!
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